A Pobra do Caramiñal. De las villas de Arousa norte, sin duda la mejor conservada es A Pobra do Caramiñal. En su casco urbano además se respira un buen ambiente, sus jardines son muy grandes y espaciosos para que correteen los más pequeños de la familia y su Torre Bermúdez es un magnífico edificio plateresco convertido en museo Valle Inclán. Pero es que encima entre las muy concurridas playas de Cabío y Lombiña y la capital del municipio se extiende una costa a la que simplemente es imposible llegar en coche, gracias a Dios. De manera que las pocas personas que cargan con toallas, juguetes del niño, sillas, crema solar y agua tienen que recorrer unos cientos de metros por camino y corredoira, cuando no congostra. El premio no es otro que acceder a tres o cuatro arenales en los que ni hay gente ni hay ruido ni hay molestia. Por ejemplo, el de la foto (al fondo, A Pobra).
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