Santiago de Compostela. Hacía muchos años que no iba al Panteón dos Galegos Ilustres, en el monasterio compostelano de Santo Domingo de Bonaval y vecino del Museo do Pobo Galego. No sé si me impresiona más la iglesia vacía o las propias tumbas. La de Castelao, apartada de las otras -cuestión de espacio- y aislada, no me gusta. La de Rosalía de Castro siempre me pareció majestuosa. Y en cualquier caso, el panteón es un lugar que todo gallego debería conocer. Por cierto, el Museo do Pobo Galego, también.